El Narrador de Cuentos: - VIII - "La Bruja Baba Yaga".
En un principio Baba Yaga estaba relacionada con la canción del coco: “Duerme tesoro, que viene el coco y se come a los niños que duermen poco”. Su presencia en canciones y cuentos de monstruos que se llevan a niños maleducados servía para que, por medio del miedo, los pequeños obedezcan a sus padres. La naturaleza siniestra de Baba Yaga pertenece a la brujería, y su labor también consiste en transmitir sus conocimientos de brujería a las mujeres. Estos “poderes”, eran transmitidos de madre a hija, de ellos se conocen las propiedades de las plantas para hacer pociones, y que en la antigüedad servían para curar, matar, enamorar, y como anticonceptivo.
La apariencia de Baba Yaga varía dependiendo de cada relato, pero en la mayoría de ellos no es muy agraciada y la describen como una anciana alta, huesuda, arrugada y fea, que tiene la nariz aguileña de color azul. Sus pechos son de piedra al igual que su afilada dentadura. Sus dientes son capaces de roer la madera. A menudo es denominada “la de las patas huesudas” o “Baba Yaga pierna huesuda”. Su enmarañado cabello gris parece flotar, dándole siempre un macabro aspecto a su alargado rostro. Se rumoreo que la relación entre la bruja y la serpiente se debe a que Baba Yaga tiene solo una pierna.
Cuando Baba Yaga aparece, su presencia es anticipada por los chasquidos de madera seca que los árboles hacen, seguido de un viento tempestuoso que la impulsa a salir del bosque como un torbellino malvado. La naturaleza ayuda a la bruja a emboscar a su presa, ya sea el héroe del cuento o los entrometidos niños que se perdieron en su territorio. Una vez que Baba Yaga aparece, ella procede a atacar a sus víctimas golpeándolas con sus pechos de piedra y mordiéndolas como un animal salvaje. Resulta imposible escapar de la bruja debido a su excelente olfato, el mismo que le permite rastrear a sus víctimas, dicen las leyendas que huele el miedo de sus presas.
De acuerdo a los textos antiguos de las leyendas rusas, Baba Yaga era una ancestral diosa de la tierra eslava, antes de que las deidades rusas ascendieran al poder. Sin embargo en otras mitologías es buscada por su sabiduría, por ser protectora de las “Aguas de la vida y de la muerte”, líquido con el que se pueden curar heridas y devolver la vida. Baba Yaga es también responsable de los ciclos de la naturaleza, los cuales son guiados por tres jinetes en armadura que controlan el tiempo. Los colores que usan son: blanco, rojo y negro, los que representan el amanecer; el día y la noche. La bruja está pendiente de ellos y en ocasiones los sigue montada en una especie de cubo, y rema el aire usando una escoba.
El nombre de la bruja connota su naturaleza y labor en el mundo, el que está compuesto por dos elementos. El primero “Baba” se traduce como abuela o anciana en muchas de las variaciones eslovacas. Mientras “Yaga”, es un diminutivo femenino para el nombre Jadwiga. “Yaga” también se deriva del antiguo verbo ruso: “Yagat”, que significa abusar o encontrar faltas.
Baba Yaga es una anciana soltera, pero en otros relatos rusos, ella está acompañada de su hija Marinka. También existen rumores de que es la abuela del Diablo, ésto sugiere que tuvo varios hijos, hasta 41 de acuerdo a muchas leyendas.
La casa de Baba Yaga está escondida en lo profundo del bosque del Este de Rusia, vivienda de madera conocida como izbushka. Ubicada en el límite del mundo de los mortales y de los espíritus, por ende la bruja es la protectora de la frontera entre los dos mundos. Su hogar no es como cualquiera, debido a que es sostenido por dos grandes patas de gallina, construcción que se mueve por voluntad propia. En algunas descripciones no tiene ventanas y en otras fábulas sí, también está adornada con los cráneos de infantes en los cuales pone velas dentro para iluminarla. La puerta de entrada normalmente está escondida y no se abrirá a menos que la frase mágica sea dicha: “Izbushka, izbushka, da la espalda al bosque y el frente hacia mí”. En castellano la oración se puede repetir como: “Casita, casita, da la espalda al bosque y gira hacia mí”.
La vivienda está protegida por un sortilegio cuyo efecto hace variar su tamaño. En algunas ocasiones es más pequeña que un ataúd, es por eso que a veces se ve a Baba Yaga totalmente constreñida por las paredes de madera, con la cara aplastada en la ventana y las piernas encogidas. Pero en otros relatos la vivienda es mucho más grande, y rodeada de una cerca hecha de huesos, decorada con calaveras, cuya puerta está enmarcada con huesos de piernas y su cerradura es una boca con dientes afilados. El interior de la choza está atiborrado de carnes y vino, también está protegido por sirvientes invisibles que con manos espectrales atienden a la bruja. Esto sugiere que la casa tiene la capacidad de preservar la comida. En los cuentos de la bruja, ella usa la chimenea de su izbushka para salir por los aires y proteger su guarida.
De acuerdo a las leyendas la izbushka de Baba Yaga protege la entrada de un mundo subterráneo, y es en este lugar donde el poder de la bruja es invencible, y hasta los animales le obedecen. Aquí es donde Baba Yaga crea pociones mágicas y objetos místicos, como por ejemplo el garrote que convierte todo lo que golpea en piedra, o el guslis, un instrumento de cuerdas que se toca solo en la vivienda. Finalmente están sus medios de transporte mágicos, como lo son alfombras voladoras y el mortero que monta, para merodear por el bosque en busca de nuevas víctimas.
En muchos cuentos de la bruja Baba Yaga, se revelan sus habilidades. Ella es una anciana horrorosa y malévola, que vive en lo profundo del bosque sin las comodidades del mundo moderno. Sin embargo la bruja ha podido resolver el dilema de la juventud que las mujeres envidian, el secreto para convertirse de vieja a joven en segundos, sortilegio que usa para engañar al héroe de los cuentos y así poder matarlo.
Entre sus hechizos, la bruja también tiene respuestas para cualquier duda, algunos relatos sugieren que puede responder la razón de la existencia del ser humano. Sin embargo cada pregunta que ella acepta la envejece un año, por ello la bruja no está dispuesta a responder siempre y para pedir su consejo hay que ir preparado con el espíritu limpio, aunque hay rumores que hablan de un té de rosas azules que niega los efectos de envejecimiento de cada pregunta.
Las fabulas se han encargado de describir la naturaleza de Baba Yaga, quien gusta de comer niños pequeños, pero no por ello está en contra de alimentarse de adultos que husmeen en su territorio. En algunos cuentos, cuando la bruja ya ha capturado al héroe, éste engaña a las hijas de Baba Yaga para que entren primero al horno y por ende la anciana ermitaña termina comiéndose a sus hijas y no al héroe. También hay cuentos que hablan de los sirvientes de Baba Yaga, quienes se encargan de someter a las víctimas para después prepararlas en el horno. Es en este relato que la víctima se disfraza con la ropa de las hijas de la bruja y por ende los sirvientes cocinan a las hijas. Estas narraciones sugieren que Baba Yaga no está tan pendiente de sus víctimas, por lo que ha sido engañada en muchas ocasiones y el héroe ha vivido para contar su aventura.
El Narrador de Cuentos: - VIII - "La Bruja Baba Yaga".
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domingo, marzo 13, 2016
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