10 Cosas que no sabias de los extrovertidos.

1º. Los extrovertidos requieren demasiada atención. 

Muchos se refieren a eso como a una señal de arrogancia y soberbia, pero no hay que sustituir los conceptos. Para un extrovertido, la compañía de personas que le caen bien es su zona de confort. Pueden cenar a solas pero preferirían hacerlo en compañía de sus amigos. No tiene nada que ver con «querer llamar la atención.

2º. Los extrovertidos siempre están felices de hablar contigo.

No, no siempre. A veces quieren guardar silencio en tu presencia. Y a veces estarían felices de conversar pero no contigo. Muchas veces la imagen de una persona social y amistosa impide a los extrovertidos cortar las conversaciones con aquellas personas con las que no quieren gastar su tiempo, o evitar conversaciones en épocas complicadas de sus vidas.

3º. Los extrovertidos son menos sofisticados.

Muchos hubieran preferido hablar sobre arte o literatura con un introvertido porque los extrovertidos parecen demasiado superficiales. Y eso que los extrovertidos logran atender a más eventos temáticos y conocer más puntos de vista sobre una u otra cosa. Para ellos, la comunicación verbal sirve como fuente de conocimiento, lo cual es menos accesible para los introvertidos. Además, son excelentes narradores.

4º. Los extrovertidos siempre están de buen humor. 

No se sabe quién, cuándo y por qué decidió que los extrovertidos siempre están alegres, son amistosos y optimistas, que ven el mundo únicamente con tonos vivos y brillantes. No es así. También les pasan desgracias, se sienten deprimidos, sufren fracasos en el amor y eso ocurre independientemente de su personalidad.

5º. A los extrovertidos les importa la reacción de su entorno.

Si crees que tu desaprobación o tu reacción fría le será indiferente a un extrovertido, estás equivocado. A menudo los extrovertidos se preocupan demasiado por mantener un estado de ánimo positivo en general o simplemente no muestra que lo has ofendido.

6º. Los extrovertidos son muy tediosos y agotadores.

Los extrovertidos no son más tediosos que los introvertidos o personas en general. Sí, se empeñan mucho para hacer que todos se sientan bien. Y se lo agradeces cuando necesitas apoyo. Pero te puede molestar su impertinencia y obsesion por ayudar si la ayuda te parece innecesaria. El problema es que todos se acuerdan de lo segundo pero nadie toma en cuenta lo primero.

7º. Los extrovertidos hablan demasiado.

Una persona sociable y una que habla mucho son cosas diferentes. Un extrovertido normal es una persona interesante, reflexiva y muy profunda. Le es más fácil establecer un contacto contigo pero no estará hablando por hablar. Un extrovertido es atento al mundo exterior, por lo tanto, siempre se dará cuenta si algo te dejó de interesar.

8º. Los extrovertidos aman las fiestas.

Seamos honestos: en una fiesta encontrarás muchos más extrovertidos que introvertidos. Sin embargo, esto no obliga a cada extrovertido a amar las fiestas en sí; el mundo está lleno de cosas más interesantes que una fiesta sin sentido. Además, a muchas reuniones ni siquiera desean asistir; sólo van porque sus numerosos amigos insisten y es complicado decirles que no.

9º. Los extrovertidos suelen adaptarse fácilmente.

«En cuanto un extrovertido conozca a nuevas personas, inmediatamente se vuelve el alma de la fiesta», es una de las suposiciones erróneas más comúnes. En primer lugar, el nuevo grupo de personas puede que sea hostil. En segundo lugar, no toda la gente es interesante. Además, si el equipo (por ejemplo, de trabajo) no acepta al extrovertido, esto le causa mucha más incomodidad que a un introvertido.

10º. Los extrovertidos no respetan los intereses de su interlocutor.

Por definición, a un extrovertido le interesa precisamente su interlocutor y todo el mundo alrededor. La comunicación con otras personas tiene un papel importante en la vida de los extrovertidos, por lo tanto quieren ser interlocutores buenos, sinceros y agradables. Tus asuntos a veces les interesan más que los propios.